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jueves, 12 de enero de 2012

Otros modos de meditación

En esta ocasión vamos a hablar del espacio y el silencio, vamos a aprender a utilizarlos como herramientas que nos ayuden a mantenernos conectados con nuestro cuerpo interior, con el amor que nos ofrece el universo.


Existen otras maneras de meditar que podemos utilizar en cualquier momento y lugar, maneras que nos pueden ayudar y mucho a mantenernos en el momento presente y a entrar mucho más rápido en comunicación con nuestro tercer ojo cuando practiquemos la meditación de la que hablamos en la entrada anterior.
Este post está basado de nuevo en un fragmento de la obra "El poder del ahora" de Eckhart Tolle, autor que me ha impresionado desde que leí la primera línea de alguna de sus obras... pero vamos al caso.

   Como hemos visto en Ejercicios de Felicidad (I), estar conectados con nuestro cuerpo interior, estar plenamente en nuestros cuerpos, no es posible sin estar completamente presentes en el Ahora y haber disuelto el tiempo psicológico que tanto daño nos hace. Ya sabemos que meditar a diario es una herramienta fundamental que nos conecta a nuestra parte no material y a su vez con la Fuente de la sabiduría universal, pero también podemos utilizar dos elementos que se pueden encontrar en cualquier lugar para poder acceder al ahora en sitios y momentos donde no podamos meditar, estos son el espacio y el silencio.

    Todo sonido nace en el silencio y acaba en él, mientras ese sonido existe está rodeado de silencio, por lo que el silencio hace posible que el sonido exista. En otras palabras, el silencio es la parte del sonido que nuestros sentidos no pueden captar, pero sin él el sonido no podría existir. Lo que debemos hacer es prestarle toda nuestra atención al silencio, incluso si oímos sonidos debemos intentar centrarnos en el silencio del que nacen los sonidos, hacer esto hace crecer nuestra serenidad interior.



    Del mismo modo que ocurre con el silencio, podemos afirmar que nada puede existir sin el espacio vacío que permite que todo exista. Toda materia ha surgido de la nada y está rodeada de nada, incluso la misma materia en su mayor parte está compuesta de nada, ya que la distancia entre átomos es mayor que la propia materia que los compone, así podríamos decir que hay más porción de no existencia que de existencia en las cosas; el problema reside en nuestra mente material que no es capaz de entender ni asimilar la no existencia, para ella todo tiene que existir y perdurar en el tiempo, por lo que prestando atención a aquello que realmente no existe, ésta no tiene más remedio que entrar en pausa y eso nos permite estar totalmente presentes en nuestro cuerpo y en el Ahora, más conectados con nuestro interior.

    Quizá al principio puede resultar algo complicado prestar atención a lo que no existe pero os aseguro que es posible, de hecho cuanto más valláis avanzando en vuestras meditaciones más sencillo será percibir lo que no existe para nuestra mente, el espacio y el silencio. Sentirlos provoca, allí donde estés, una sensación de quietud y paz, a la vez que notarás tu cuerpo interior. Está conexión con nuestro cuerpo interior, con la dimensión de lo que no existe para nuestra mente abre la puerta que deja pasar el amor universal, ese amor que todos necesitamos que nos impregne, por lo que podemos decir que no debemos buscar el amor sino más bien dejarlo entrar en nuestras vidas con estas prácticas.

    Muchas gracias por leer mis palabras.

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